La nieve y el hielo hacen que conducir en invierno sea un poco resbaladizo. La sal que se esparce permite que sea algo más seguro, pero no solo perjudica el medioambiente, sino que también puede dañar las piezas metálicas del coche. La sal alcanza el metal de la carrocería, hace que se formen burbujas en la pintura y, por último, causa descamación y corrosión. La resistencia de un material frente a la corrosión puede comprobarse en procedimientos de prueba estandarizados, por ejemplo, en la cámara de niebla salina.
Las pruebas de niebla salina son habituales en la industria automovilística, y la forma más empleada de comprobar pinturas y otros recubrimientos. Sin embargo, también los componentes de la técnica de automatización deben superar el test. En el ámbito de la técnica, se entiende como corrosión una reacción principalmente electroquímica de una sustancia metálica con su entorno. Esta reacción puede limitar las propiedades del material y la función de las piezas fabricadas a partir de él.
Prácticamente cualquier material se oxida en algún momento. El producto de la corrosión más conocido es el óxido rojo. Este se forma de hierro o acero por oxidación con el oxígeno en un ambiente húmedo. El óxido blanco es el producto de la corrosión del zinc.
Festo prueba las superficies de los componentes y nuevos tipos de recubrimientos, entre otros, en la cámara de niebla salina. En ella, las piezas cuelgan de unos finos ganchos y se pulverizan a menudo durante días con niebla salina. Esta es mucho más salada que el aire marino y puede simular en muy poco tiempo una carga similar a un año de uso en un ambiente húmedo y salado. Para finalizar, los expertos en materiales valoran la corrosión.
Como, dependiendo de la aplicación, los componentes de Festo están expuestos a condiciones ambientales muy duras o suaves, existen diferentes clases de corrosión. Por ejemplo, las piezas que van a emplearse en depuradoras deben tener la clase de corrosión 3 (la segunda más elevada). Esto significa que pueden pasar cinco días en la cámara de niebla salina sin que aparezca corrosión. Para obtener la clase de corrosión 4, las piezas deben superar incluso 10 días en la niebla salina sin corrosión.
Para proteger con fiabilidad los componentes existen diferentes opciones: los revestimientos metálicos, como el zinc, pueden proteger los componentes de acero. Otro ejemplo son los recubrimientos inorgánicos, tales como pinturas húmedas y revestimientos en polvo.