La llamada «Tissue Engineering» hace referencia al cultivo de tejido humano, principalmente, del área cutánea. Hasta ahora, la piel artificial, que se emplea en injertos tras accidentes o quemaduras graves o en test de compatibilidad en las industrias cosmética o farmacéutica, se fabricaba únicamente de forma manual y muy costosa. La mayoría de las veces, de este modo no podían producirse más de 2000 fracciones de piel de un centímetro cuadrado al mes. La «Fábrica de piel humana» del laboratorio de producción biológica BioPoLiS del instituto Fraunhofer IPA de Stuttgart puede fabricar actualmente hasta 5000 modelos de piel del tamaño de la uña del pulgar.

Fabricación rápida

La idea suena sencilla. Sin embargo, la fabricación es complicada. Debe trocearse una muestra de piel humana, de la que se extraen células cutáneas sueltas. Las células aisladas se siembran en frascos de cultivo celular y proliferan durante varios días en una incubadora a 37 °C. Las células reproducidas pueden componer, junto con una matriz de gel, una estructura tridimensional de varias capas. Tras apenas tres semanas, la piel artificial ha seguido creciendo y está lista para utilizarse en un test de inocuidad.