Los actuadores eléctricos, también conocidos como cilindros eléctricos o ejes eléctricos, son dispositivos muy versátiles que se utilizan en muchas aplicaciones industriales. Estos dispositivos convierten la energía eléctrica en energía mecánica, a través de un sistema de accionamiento y control compuesto normalmente por un motor y un controlador de motor (driver).
Una de las principales ventajas de los actuadores eléctricos frente a otro tipo de actuadores, como los hidráulicos y neumáticos, es su alta precisión. Los actuadores eléctricos son capaces de proporcionar movimientos precisos y repetitivos, lo que los hace ideales en aplicaciones que requieren alta repetibilidad, como robótica, automatización industrial, equipos médicos y aeroespacial.
Además, los actuadores eléctricos son más rentables a largo plazo, ya que pueden consumir menos energía que los actuadores hidráulicos o neumáticos. Los actuadores eléctricos tampoco requieren fluidos (aire comprimido o aceite) para funcionar, lo que minimiza los costos de mantenimiento y el tiempo de inactividad asociado con el mantenimiento de los sistemas hidráulicos o neumáticos.
La facilidad de control también es una gran ventaja de los actuadores eléctricos. Esto se debe a que la energía eléctrica se puede regular y controlar libremente a través de funciones electrónicas en el controlador, lo que permite un control más preciso y eficiente durante el proceso de automatización.
Los actuadores eléctricos también funcionan de manera silenciosa, lo que los hace ideales para aplicaciones en entornos donde el ruido es un factor crítico, como hospitales, laboratorios, oficinas y hogares. También son más seguros que los actuadores hidráulicos o neumáticos, ya que no utilizan fluidos presurizados para operar, lo que reduce drásticamente el riesgo de fugas, explosiones o lesiones personales.
Finalmente, los sistemas con actuadores eléctricos se pueden digitalizar fácilmente, gracias al controlador (driver), que puede obtener diversos datos de la aplicación durante el movimiento del actuador y transmitirlos a un controlador de nivel superior, un supervisor o la nube.
En resumen, los actuadores eléctricos ofrecen varias ventajas, como alta precisión, bajo costo operativo, fácil control, operación silenciosa, seguridad y digitalización, lo que los convierte en una opción ideal para una amplia gama de aplicaciones industriales.