CogniGame es una reinterpretación de un conocido videojuego de los años 70. Sin embargo, la acción ahora se desarrolla en un campo de juego real: con dos jugadores, una pelota y dos palas, cada una montada en un eje lineal a lo largo de la línea de base. La pala puede conducirse a lo largo de la línea a la izquierda o a la derecha para rechazar la esfera y mantenerla en juego. Un jugador mueve su pala con un joystick, mientras que el segundo controla su eje lineal únicamente con la fuerza de su mente a través de la interfaz cerebro-ordenador (BCI).
Al igual que con la electroencefalografía (EEG), la interfaz cerebro-ordenador mide las fluctuaciones de tensión en la superficie de la cabeza a través de electrodos montados en ella. Con la ayuda del software de CogniWare desarrollado internamente, se establece una conexión entre el cerebro y el hardware a través de la BCI sin que el usuario tenga que utilizar dispositivos de voz o de entrada. El software procesa las señales de la interfaz cerebro-ordenador y envía el comando al hardware, es decir, a las palas.
La BCI puede operarse midiendo el llamado ritmo Mu. El ritmo Mu, un patrón de ondas cerebrales, se genera en la corteza motora-sensorial y se produce con un movimiento físico o con la mera idea de movimiento. Por lo tanto, basta con imaginarse el movimiento de la mano izquierda para que el eje se mueva hacia la izquierda. Un terminal de válvulas con terminal CPX permite el control exacto de ambos ejes lineales.
La interfaz cerebro-ordenador como la siguiente generación de interfaces de tecnología humana también es concebible en entornos industriales. Por lo tanto, con CogniGame estamos probando este nuevo concepto operativo, ya que la importancia de la interacción entre personas y máquinas también está creciendo en la producción.
A pesar de la creciente complejidad de los conceptos de los sistemas, las interfaces entre el usuario y el hardware deben ser cada vez más sencillas. Esto requiere nuevos conceptos operativos con los que las personas puedan comunicarse de forma más rápida, directa y sencilla con la tecnología: desde soluciones de joystick a comandos de voz y quizás en el futuro también al control de procesos parciales por medio del pensamiento.