Rosas, robots y una visión

Desde hace tiempo es posible plantar rosas con la ayuda de un robot. Pero John van de Ven, fundador de Aventec, lleva la tecnología un paso más allá. Con Festo como socio, utiliza las últimas tecnologías e innovaciones. Siendo el terminal de válvulas VTUX perfecto para ello.

Como ingeniero eléctrico, van de Ven está muy familiarizado con los robots y el procesamiento de imágenes y realiza varios proyectos de automatización de procesos con Aventec. En 2013, en los comienzos de Aventec, van de Ven se dedicó principalmente a tareas de gestión temporal de proyectos. En la actualidad, trabaja en muchos desarrollos para la horticultura en invernadero. Los clientes de su antiguo empleador —cuya empresa dejó de existir— se acercaron a él, y pronto estuvo trabajando a pleno rendimiento con una máquina para cultivar rosas en macetas. Estas máquinas llevaban varios años en funcionamiento y ahora necesitaban urgentemente mantenimiento y reparación. Tras una evaluación inicial, quedó claro que se necesitaba algo más y van de Ven comenzó el desarrollo.

“Para asegurar la continuidad de estas máquinas de corte, hubo que reconstruirlas con componentes nuevos. Muchas de las piezas empleadas ya habían llegado al final de su vida útil. Decidimos entonces rediseñar la máquina con servotecnología moderna, controlada por la plataforma PLC CPX-E de Festo. Implementando también un moderno sistema de procesamiento de imágenes”. Muchas piezas tuvieron que rediseñarse desde cero con la vista puesta en una máquina rápida y fiable en la que los clientes puedan confiar durante muchos años.

El nuevo desarrollo técnico aumenta la velocidad y la precisión

Para controlar mejor las entregas y la futura fiabilidad de las máquinas, decidió fabricarlas él mismo. Para que se haga una idea de la complejidad, explicaremos brevemente qué hace exactamente la máquina. Al comienzo de la línea, las ramas de las rosas se enganchan manualmente en un sistema de transporte. Cada esqueje se cuelga en un soporte y se transporta a una de las células de procesamiento. Allí, se colocan frente al sistema de procesamiento de imágenes, donde se giran 180° para crear un escaneado 3D de los mismos. Así se obtienen esquejes óptimos. A continuación, un robot los corta a medida y los planta directamente en nuevas macetas. Todo esto se produce a una velocidad vertiginosa y con extrema precisión. La máquina completa con cuatro “estaciones de corte” puede cortar y plantar hasta 5200 esquejes por hora.