La pequeña ciudad sueca de Olofström se encuentra al sur del país, rodeada de paisajes de ensueño colmados de bosques y lagos, apenas a dos horas del aeropuerto internacional de Copenhague. Aquí, lejos de los centros industriales de Estocolmo, Gotemburgo y Malmö, se halla la planta de fabricación de carrocerías más importante del grupo Volvo. En los siglos XVIII y XIX, la planta –que en esa época todavía no se llamaba Volvo– fabricaba ante todo piezas de hierro forjado, así como barras y placas de hierro para su posterior procesamiento. En la planta de Olofström Volvo fabrica piezas de carrocería desde el año 1927.
En la actualidad salen de la planta diariamente cinco trenes con 280 contenedores repletos de piezas de carrocería. Se dirigen a las plantas de montaje de Volvo de Gotemburgo y de la localidad belga de Gante. Este transporte implica 50 millones de piezas de carrocería cada año.

Experiencia en soldadura por puntos

"La mayoría de lo que se ve de un modelo Volvo, proviene de Olofström", explica Leif Windberg, ingeniero de la planta, especializado en soldadura. Entre otros elementos, las partes portantes de la carrocería como los montantes A, B y C, el refuerzo detrás del paragolpes, los soportes laterales delanteros, las barras de refuerzo para impactos laterales, los travesaños, los arcos del techo, pero también las puertas y los umbrales. Y de todas estas piezas hay numerosas variantes según modelo, empezando por el compacto V40, pasando por las berlinas S60 y llegando hasta el gran SUV XC90.

En la sección de fabricación de carrocerías, la soldadura por resistencia es fundamental, pues la unión correcta de las piezas de chapa contribuye a aumentar la seguridad pasiva de un automóvil. La operación de fresado de los electrodos logra aumentar considerablemente la productividad del proceso de soldadura. Los electrodos de una pinza de soldadura pierden el filo en el transcurso del tiempo, en la medida en que se van aplicando puntos de soldadura. Por lo tanto, después de unos 150 puntos es necesario fresarlos para que recuperen su precisión. "Fresar un electrodo es como sacarle punta a un lápiz", explica Winberg, experto en soldadura.

Desarrollo compartido

"En los últimos años hemos encontrado soluciones que nos permiten reducir la duración de los ciclos de fresado a menos de la mitad," continúa Winberg. "Tampoco descuidamos el tema de la seguridad, pues los operarios ya no tienen que entrar en las células de los robots después del fresado para ajustar los electrodos a la posición correcta del punto de soldadura", añade Leif Lindahl, Business Development Manager Automotive de Festo Suecia.

Festo desarrolló un brazo giratorio para el uso en instalaciones de soldadura fija, de acuerdo con las especificaciones de Volvo y ABB. El brazo acerca la fresadora de electrodos Tip Dresser a los electrodos después de cada 150 puntos de soldadura aplicados. El brazo giratorio funciona con cilindros eléctricos tipo DNCE de preciso posicionamiento. Gracias a sus posiciones libremente programables, el cilindro eléctrico ejecuta movimientos versátiles y acelera suavemente. El conjunto completo que Festo entrega listo para su instalación, incluye el motor paso a paso EMMS y el controlador de motor CMMS. Los controladores de motor y la plataforma de automatización CPX se encuentran protegidos dentro del armario de maniobra. El CPX establece la comunicación con los controladores de motor y con la unidad de control del sistema de robots a través de Profinet.