La electrificación del transporte es fundamental para la descarbonización y la transición energética. Para satisfacer la creciente demanda de vehículos eléctricos, los fabricantes de automóviles y baterías se ven sometidos a una presión cada vez mayor para aumentar la producción. Sin embargo, se enfrentan a complejos retos relacionados con la cadena de suministro, la eficiencia, los costes y la reducción de la huella medioambiental. Y, sobre todo, la falta de mano de obra cualificada amenaza su expansión y productividad. Aquí es exactamente dónde podemos ayudar.
Las plantas de fabricación de vehículos eléctricos y baterías son modernas instalaciones de producción a gran escala con una automatización de procesos y de fábrica perfectamente integrada. Este alto nivel de automatización industrial garantiza la precisión, uniformidad y estabilidad necesarias para cumplir los estrictos requisitos de seguridad y rendimiento.
La introducción de tecnologías y métodos innovadores repercute directamente en las necesidades de cualificación y provoca déficits competenciales entre los trabajadores. Estos déficits pueden conducir rápidamente a situaciones críticas en la producción.