¿Cómo nos ha cambiado la vida la tecnología?

Desde que el ser humano descubrió que podía usar objetos para prosperar, la tecnología se convirtió en el motor de la evolución, y así continúa siendo

Cuando, durante la segunda mitad del siglo XVIII, James Watt perfeccionó la máquina de vapor y desarrolló el diseño que en pocos años haría posible la Revolución industrial, no podía imaginar que dos siglos después el mundo estaría inmerso en una tercera revolución tecnológica, marcada por máquinas mucho más pequeñas y complejas, ni que, recién iniciado el siglo XXI, la fuerza motriz de la industria no sería el revolucionario vapor de agua que impulsaba ruedas y pistones, sino el lenguaje digital con el que se comunican los dispositivos modernos. Las máquinas hablan entre ellas, aprenden de su propia experiencia y del análisis del flujo masivo de datos que circula sin descanso en el mundo virtual, con el fin de mejorar su rendimiento y de optimizar los recursos necesarios para la producción.

El objetivo de la hoy llamada Industria 4.0 (incluso, desde las instituciones europeas, ya se ha lanzado el concepto Industria 5.0) sigue siendo el mismo que el de aquellas primeras fábricas que recibieron el invento de Watt con los brazos abiertos: producir bienes de consumo. La principal diferencia reside en la manera de hacerlo. Las innovaciones actuales no se centran solo en la multiplicación de la capacidad productiva, sino que buscan la manera más eficiente de hacerlo, para evitar el desperdicio de recursos, minimizar el impacto en el medio ambiente, responder a la complejidad de una economía globalizada y mejorar las condiciones del entorno de trabajo.

La tecnología nos ha cambiado las vidas. Lleva haciéndolo desde que los primeros homínidos se dieron cuenta de que utilizar herramientas les abría un mundo de posibilidades inaccesible por sus propios medios, que construir utensilios diversos les permitía transformar el medio en el que vivían y, por tanto, adecuarlo a sus necesidades. Gracias a la tecnología, por rudimentaria que fuera en un principio, un entorno hostil se podía convertir en amigable, y eso hacía posible que la comunidad prosperara.

Los primeros humanos descubrieron que podían aprovechar los recursos naturales para que les facilitaran la existencia. Construyeron herramientas, aprendieron a dominar el fuego y cambiaron su vida nómada por la sedentaria gracias al desarrollo de la agricultura y la ganadería.

Con la invención de la rueda, se daba a paso a una nueva era tecnológica, que permitió la construcción de ciudades, la expansión del comercio y, con las necesidades básicas cubiertas, los avances en la ciencia y en las humanidades posibilitaron el desarrollo de sistemas de escritura y disciplinas fundamentales para la innovación, como las matemáticas.

En los siglos posteriores, se fueron inventando la mayoría de utensilios que aún hoy utilizamos en nuestro día a día. Uno de los que supuso toda una revolución cultural y social fue la imprenta. El artilugio perfeccionado por Johannes Gutenberg a mediados del siglo XV permitió poner la escritura al alcance de la burguesía y las clases populares, un paso imprescindible para la expansión de la cultura, la educación y, probablemente, también decisivo para que tres siglos después tuviera lugar la Revolución industrial.

Con la invención de la máquina de vapor para su aplicación en la producción industrial, Watt abría la puerta a la asombrosa aceleración en el desarrollo tecnológico posterior. El otro elemento “mágico” en la ecuación fue la electricidad, el ingrediente primario imprescindible para entrar en la era digital. La combinación de máquinas industriales y computadoras dio pie, desde finales del siglo XX, a una nueva etapa en la que las innovaciones se suceden a velocidad de vértigo. El potencial de las tecnologías digitales es tan grande, que los descubrimientos en cuanto a sus aplicaciones en todos los ámbitos de la sociedad se producen a diario.

Los sistemas en formación tecnológica de Festo

La velocidad con que se suceden las innovaciones en el ámbito industrial obliga a las empresas a mantenerse en una actualización de conocimientos y habilidades continua. Para sacar provecho a las nuevas tecnologías y explotar su potencial como ventaja competitiva, es necesario estar al día, y eso únicamente se puede lograr mediante proveedores de servicios que entiendan las necesidades de cada organización.

Consciente de la importancia de la formación continua de los trabajadores de la industria, el Grupo Festo fundó en 1965 la filial Festo Didactic, que creó una red internacionial de centros para el desarrollo, la producción y las ventas, hasta convertirse en el proveedor líder de formación técnica a nivel mundial.

Como líderes en automatización industrial, los conocimientos y la experiencia en el desarrollo de todo tipo de soluciones nos permiten ofrecer a las empresas de cualquier sector una oferta formativa que se amolda a sus características específicas.

Preparamos a los empleados para que trabajen en entornos dinámicos y complejos, mediante cursos a medida en formato presencial y online, a través de la plataforma Festo Learning Systems.

  • Desarrollamos sistemas de aprendizaje con equipamiento formativo moderno y tecnología punta, especialmente dirigido a formación profesional y la formación continua en profesiones técnicas.
  • Diseñamos soluciones llave en mano, todo de un proveedor único, que incluyen la definición, planificación y equipamiento de laboratorios y talleres completos, adaptados a objetivos educativos específicos. · Innovamos mediante entornos digitales didácticos, con simulaciones integradas y formatos modernos de medios y datos.
  • Ofrecemos servicios de consultoría y formación, que contemplan estrategias para el desarrollo de competencias en empresas industriales y la planificación de zonas de talleres.

Entre los sectores para los que trabajamos, se encuentran: la automatización en biotecnología, farmacia y cosmética; tecnología de aguas con limpieza automatizada; ciencias de la vida (laboratorios médicos); automatización en la industria automovilística; procesamiento de alimentos; y automatización en la industria eléctrica.

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