Look for the star when selecting products in the catalog.
For more than 2200 products worldwide: always in stock, attractively priced, delivered quickly.
Kaizen es un concepto japonés que significa «cambiar a mejor». Aplicado al mundo empresarial, sigue la filosofía del Lean Manufacturing ideado en Toyota. Entre sus preceptos básicos se encuentra poner el foco en las personas, introducir la idea de mejora continua, aplicando el método científico, y estandarizar los procesos. «Las organizaciones las componen personas, así que las metodologías que no tienen esto en cuenta no funcionan», advierte Pablo Domínguez, consultor especialista de Festo.
Para lograr los beneficios asociados a la aplicación del Kaizen, toda organización que decida adoptar esta metodología debe tener en cuenta que se construye sobre cuatro pilares básicos:
La metodología Kaizen nos dice que las mejoras de procesos hay que abordarlas en 2 etapas bien diferenciadas.
1. Control y estabilización. En una primera fase, nos damos cuenta de que los indicadores que no se han medido con anterioridad nos muestran variabilidad en los resultados. Esta situación no es deseable en ninguna empresa porque no permite planificar, así que vamos a tratar de evitar las desviaciones más grandes, las más separadas de la media. Además, son las más fáciles de identificar y, por tanto, de determinar los motivos que las provocan, pues suele tratarse de problemas monocausales. Tras un tiempo trabajando, lo normal es haber controlado los picos de variabilidad, de modo que nos podemos centrar en las desviaciones más pequeñas, cuyas causas son más difíciles de detectar, pues suelen ser más de una. Existen herramientas específicas para ello.
2. Mejora. Cuando tenemos controladas las dos primeras fases, es el momento de introducir mejoras radicales. Esto puede parecer una contradicción, pues tras haber trabajado duro para perfeccionar nuestros procesos, introducimos un elemento que quizás nos va a obligar a volver a empezar. Sin embargo, introducir una mejora (una máquina nueva, por ejemplo) en un sistema que no está estabilizado puede ser contraproducente. Por tanto: primero estabilizar, luego mejorar.
Los indicadores son fundamentales para conseguir mejorar, pues permiten focalizar la mejora donde hace falta. Ya sabemos que lo que no se mide no se puede entender, y lo que no se entiende no se puede mejorar.
Existen muchísimas técnicas diferentes para la resolución de problemas, pero la clave no se encuentra en conocerlas todas, sino en ser capaces de aplicar a cada problema una metodología que sea adecuada.
Algunas de las herramientas existentes son:
Tradicionalmente, en las organizaciones la resolución de problemas es materia para los mandos intermedios, pero Kaizen propone que sea responsabilidad de todos sus integrantes y que fluya en ambos sentidos de la jerarquía. Lo lógico es que cada persona sea capaz de resolver los problemas que correspondan a sus funciones. No tiene sentido que el director general se preocupe por el fallo de una máquina, como tampoco lo tiene que un operario se preocupe por cómo mejorar las ventas internacionales.
Hay que conseguir que cada nivel de la empresa tenga claro qué problemas puede abordar y qué métodos de resolución son los más adecuados. Esto implica confiar mucho en las personas; que, proporcionando la formación y las herramientas necesarias, los operarios van a ser capaces de resolver problemas o de detectarlos y escalarlos al mando pertinente.
Los esquemas descentralizados, como es el caso de las organizaciones avanzadas, funcionan mejor.
Para implantar el método Kaizen, en Festo hemos desarrollado una propuesta que consiste en:
1. Convencer y convencerse de que la metodología funciona y que es factible implantarla.
2. Formar a las personas.
3. Establecer qué y cómo medir.
4. Establecer rutinas de análisis, de menor a mayor complejidad. La mejora continua requiere tiempo y seguir los pasos adecuados.
5. Extender el modelo. Cuando hemos comprobado que el modelo funciona, es el momento de aplicarlo a otras áreas.Celebrar. Reconocer el trabajo bien hecho es importante, porque refuerza al equipo, motiva para emprender un nuevo ciclo y ofrece perspectiva.
6. Celebrar. Reconocer el trabajo bien hecho es importante, porque refuerza al equipo, motiva para emprender un nuevo ciclo y ofrece perspectiva.