El corcho es una materia prima estrechamente relacionada con la industria vinícola. Tradicionalmente, los tapones de las botellas de vino se han fabricado con este material, cuyas cualidades naturales casan con las características de una bebida que, precisamente, tiene en su origen natural una de sus principales virtudes. Sin embargo, la manera como se empaquetaban los tapones, en sacos de rafia, y se apilaban en pallets para su transporte no era la más eficiente. La inestabilidad del material dificultaba la logística del final de línea y penalizaba el valor competitivo del producto.
Las situaciones complejas a menudo son el caldo de cultivo de soluciones innovadoras que, en un contexto empresarial, derivan en ventajas competitivas. Hace quince años, los ingenieros mecánicos portugueses Gil Sousa, Luís Leitão y Reinaldo Ribeiro, cuando todavía eran estudiantes universitarios, diseñaron un proyecto que fue premiado por la agencia de innovación Tecminho. Aquello resultó en la patente de una solución innovadora que dio pie a la creación de ESI, empresa de base tecnológica el objetivo de la cual es idear soluciones industriales imaginativas, a la medida de las necesidades concretas de cada cliente. “El balance es extremadamente positivo”, resume Gil Sousa. “Tenemos una cartera muy diversificada de soluciones innovadoras, que han permitido a nuestros socios aumentar la productividad y la competitividad”.
En el Departamento de I+D estudian los problemas a resolver y proponen conceptos innovadores que el equipo de ingeniería se encarga de llevar a la práctica aplicando sus competencias en las áreas de mecánica, automatización industrial y robótica. ESI desarrolla proyectos llave en mano que aprovechan las ventajas de la Industria 4.0 para optimizar procesos, reducir costes, minimizar el impacto ambiental y, en definitiva, crear valor en el entorno industrial.
Un claro ejemplo de esa capacidad de dar en la diana con la solución más adecuada es el innovador sistema robotizado para el empaquetado de tapones de corcho que consigue reducir en un 30% el volumen requerido para su transporte. “Es importante porque permite cargar un 30% adicional de producto”, explica Gil Sousa. Esto supone “una gran reducción en los costes relacionados con la logística, lo que influye directamente en el coste final del producto”, añade. Además, teniendo en cuenta el compromiso de ESI con los procesos industriales sostenibles, “contribuimos a una reducción significativa en la huella ecológica relacionada con el transporte”.
También incide en la mejora de la sostenibilidad ambiental el hecho de que el sistema de empaquetado automático sustituye los envases de plástico por cajas de cartón. Por último, aporta un valor estético, pues mejora la organización de los tapones en su embalaje, y esto repercute en la imagen de marca.
El proyecto surgió de la necesidad de aumentar la productividad y la eficiencia de una empresa transformadora de corcho para la fabricación de tapones de botellas de vino. La solución patentada de ESI se compone de una célula autónoma, un sistema de paletizado que incorpora un robot articulado y palet optimizado para las cajas.
Para el desarrollo de los módulos electroneumáticos del sistema robotizado, la empresa portuguesa ha contado con componentes fabricados por Festo. “La asociación con Festo ha existido desde el nacimiento de ESI”, señala Gil Sousa, uno de los socios fundadores. “Se trata de uno de los principales actores del mundo en el campo de la neumática, y en esta ocasión nos ha aportado apoyo técnico en la selección de componentes, nos ha prestado material para realizar pruebas y ha ayudado en la validación de conceptos”.
Un ambiente de producción como el de una fábrica de tapones para botellas, donde se genera mucho polvo debido a pequeñas partículas de corcho, requiere componentes muy resistentes, que no se desgasten prematuramente. Y eso es lo que ofrecen los cilindros neumáticos de Festo.
Gracias a su compacidad, los pequeños cilindros DSNU son perfectos para comprimir los tapones mientras son succionados por las ventosas y colocados en la caja. Los veinte cilindros los controla el terminal de válvulas VTUG, que garantiza tiempos de reacción breves, caudales altos y un consumo de energía eficiente.
Los componentes de automatización utilizados en la solución de ESI para la industria del corcho son parte de la gama principal de productos de Festo, que incluye más de 2.200 referencias de todos los niveles de la cadena de control neumática y eléctrica.
De esta manera, Festo forma parte de una apuesta innovadora, tecnológicamente avanzada, por incrementar el valor de mercado de un producto 100% natural y que reúne las mejores cualidades técnicas para el embotellado del vino. “Esta solución confirma el compromiso sólido de los transformadores de corcho con los procesos ecológicamente sostenibles”, sostiene Gil Sousa. Menos plástico, ahorro de energía y de emisiones contaminantes en las operaciones logísticas y de transporte, y además ello repercute en la reducción de costes y, por tanto, hace más competitivo el producto.
El compromiso del Grupo ESI con la sostenibilidad radica en los valores fundacionales de la empresa e impregna todos sus procesos. “Siempre buscamos soluciones tecnológicas con bajo consumo energético, que, por ejemplo, permitan utilizar la fuerza de la gravedad a nuestro favor, y nos preocupamos por seleccionar materiales duraderos y con baja huella de carbono”, destaca Gil Sousa.
La robótica juega a favor de la búsqueda de la sostenibilidad ambiental y económica. Soluciones como el sistema automatizado para el empaquetado de tapones de corcho proporcionan un rápido retorno de la inversión gracias a la reducción de costes de producción, el incremento de la calidad, la alta precisión y repetitividad, que minimizan los errores y la generación de residuos. Esto es especialmente significativo en la transformación del corcho, donde resulta fundamental lograr un aprovechamiento máximo del material.