Para Alejandro Blanco, director comercial de Hiperbaric, el hidrógeno está llamado a jugar un papel muy relevante en la transición energética: “cuando se genera con fuentes renovables es limpio y tiene un enorme potencial para ayudarnos a descarbonizar el planeta reduciendo nuestras emisiones de gases de efecto invernadero, además nos permite almacenar excedentes de energía renovable”.
Junto al hidrógeno de origen renovable o verde, se encuentran también el gris, obtenido a partir del reformado de gas natural -el más utilizado-; el azul que proviene del mismo proceso anterior pero cuando se captura el CO2 ; y el rosa generado con electrolisis, pero a partir de energía nuclear. “Creo que todos los que estamos en el mundo del hidrógeno coincidimos en que este no es la solución para todo. Si un proceso es electrificable, lo mejor es seguir esta opción, pero hay muchos procesos, como por ejemplo la producción de fertilizantes, en los que se necesitan grandes cantidades de amoníaco y este se produce con hidrógeno”, explica.
Hiperbaric apuesta por “mejorar la tecnología para el hidrógeno, que ahora todavía no está suficientemente madura” y su especialidad es la compresión del gas (reducción de su volumen y aumento de su presión) que permite utilizarlo de manera razonable y eficiente. “Un ejemplo claro es que la densidad energética de 1 Kg de hidrógeno comprimido en la pila de combustible de un vehículo ofrece unos 100 km de autonomía, pero si ese hidrógeno estuviera a presión atmosférica o baja ocuparía un volumen de 11.000 litros lo que sería completamente inviable”, precisa Alejandro Blanco.
La compresión del hidrógeno también es relevante en la fabricación de piensos para alimentación animal, en las refinerías y en la industria del cemento y la del acero, entre otras muchas actividades.
Una de las particularidades de la molécula de hidrógeno es que tiene una fuerte tendencia a escaparse. La difusión constante del gas plantea un reto a las tecnologías de compresión y almacenamiento. Otra característica que la define es que, en combinación con el oxígeno, puede producir una atmosfera explosiva. Además, su contacto fragiliza los metales.
“Por todo ello, existe mucho margen para avanzar en estas tecnologías”, afirma el director comercial de Hiperbaric. Ahora mismo se está trabajando en presiones muy elevadas en algunos sectores de la industria y en la movilidad. “Para nosotros alta presión sería más 700 bar, media presión entre 350 y 500 bar y baja presión alrededor de 30 bar”, indica.
Hiperbaric posee una contrastada experiencia en el campo de la compresión y ha desarrollado tecnologías para comprimir agua con pistones hidráulicos, que se aplican también al hidrógeno. “Existen otras alternativas, como compresores de tornillo para presiones bajas, de diafragma para mover grandes volúmenes, pero las de pistón presentan una mayor fiabilidad a la hora de alcanzar presiones elevadas y nos permiten utilizar elementos más estándar”, sostiene Alejandro Blanco.
“Pero, sobre todo -añade- nuestra tecnología de pistón hidráulico resulta muy ventajosa en la eficiencia del proceso. En la compresión del hidrógeno se genera mucha temperatura en el gas y nosotros hemos logrado extraer este calor de manera muy rápida con camisas refrigeradas por agua. Esto implica que podemos comprimir el hidrógeno utilizando menos energía que en otras opciones”.
Igualmente, Hiperbaric ha conseguido incrementar la seguridad del proceso llevando a cabo un control más eficaz, lo cual, junto a todo lo anterior, supone un valor añadido para el cliente.
La empresa posee en este momento dos tipologías de clientes. Unos son los que utilizan la compresión para almacenar o distribuir hidrógeno. Ahora mismo está involucrada en un proyecto en Mallorca, Green Hysland, centrado en desarrollar las infraestructuras necesarias para la producción de hidrógeno verde a partir de energía solar y su distribución a los usuarios finales de la isla. El otro tipo de clientes son los que necesitan el hidrógeno para la movilidad. Un ejemplo paradigmático sería la hidrogenera situada en el área industrial de la Zona Franca en Barcelona.
“Por ahora el mercado es incipiente -comenta Alejandro Blanco- pero va creciendo de manera sostenida. En el 2021 vendimos dos unidades de compresión y este año hemos llegado a vender nuestra unidad número 20” . El director comercial de Hiperbaric está convencido de que en este momento hay muchos proyectos sobre el papel que “todavía no se ha materializado, pero en cualquier caso la tendencia es ir a más”, subraya.
En el ámbito de la movilidad, los vehículos de pila de combustible son todavía muy minoritarios si se comparan con los eléctricos convencionales o con los híbridos. Las ventajas de los primeros frente a los segundos son el rango de autonomía y el tiempo de carga, así como su menor huella de CO2. “Estos factores les permitirían ganar cuota de mercado, pero les va en contra la escasa disponibilidad de modelos y el coste de los vehículos y de las infraestructuras que les tiene que dar servicio”, asegura Alejandro Blanco.
Como líder global en tecnologías de altas presiones, Hiperbaric lleva muchos años de relación con Festo en sus aplicaciones neumáticas y de control de proceso. “Cuando empiezas a desarrollar nuevas tecnologías como hemos hecho en los últimos 3 ó 4 años, tienes que contar con un socio que no solo sea un proveedor de equipo, sino al que también le puedas plantear retos y te pueda aportar soluciones, y este es el caso de Festo”, destaca el director comercial.
Un elemento fundamental en la compresión es la seguridad. “Todas las aplicaciones en este ámbito deben incorporar análisis de riesgo. El grupo compresor se tiene que poder aislar de otras partes del circuito y este aislamiento y control de las distinas válvulas del grupo compresor lo llevamos a cabo con soluciones de Festo”, indica.
En estos momentos la mayor parte de proyectos en el ámbito del hidrógeno en España son demostrativos. “Cabe esperar que, a medida que la tecnología vaya madurando, pasemos a otra fase en que atraigan inversiones”, señala Alejandro Blanco.
Para lograr este círculo virtuoso, desde Hiperbaric se apuesta por diversas líneas de trabajo que van desde la investigación en nuevas tecnologías dentro de toda la cadena de valor del hidrógeno hasta la formación de los expertos y la divulgación entre el público en general. “Sin olvidar -añade- la ejecución de infraestructuras como la red troncal de distribución de hidrógeno que cubra nuestro país y nos conecte con el resto de Europa, el proyecto H2Med”. Además, la empresa es miembro de la H2CYL, la asociación castellanoleonesa creada precisamente para fomentar el desarrollo de una economía del hidrogeno en la región.
“No nos podemos quedar de brazos cruzados. Tenemos que seguir mejorando la eficiencia y la capacidad de nuestros equipos y ser capaces de impulsar proyectos rentables que permitan crecer a todo el sector. Por tanto, nuestra hoja de ruta pasa por seguir invirtiendo en I+D. De hecho, Hiperbaric nació de un proyecto de I+D por lo que llevamos la innovación en nuestro ADN”, concluye Alejandro Blanco.