La industria 4.0 no es una visión de futuro, es una realidad. Si repasamos brevemente la evolución de la industria, vemos que tras la revolución industrial del siglo XIII llegaron la producción en masa y la automatización.
Ahora, bien entrado el siglo XXI, nos encontramos en plena revolución digital, o lo que es lo mismo, en la industria 4.0. Por ello, no se trata de emprender un camino hacia la Cuarta Revolución Industrial, se trata de liderarlo. La clave para avanzar, la verdadera disrupción, es saber guiar la interconexión de los tres pilares fundamentales: personas, tecnología y procesos.
Si nos fijamos en la sociedad y su funcionamiento, vemos que nos encontramos en un entorno conocido como VICA, es decir, volátil, incierto, complejo y ambiguo. En nuestro día a día ya estamos completamente interconectados y es este entorno el que precipita a la industria hacia la interconexión, hacia un sistema de producción cada vez más descentralizado y adaptativo. Actualmente ya disponemos de los ingredientes clave para afrontar este reto de manera integral. Tenemos personas altamente cualificadas, disponemos de la última tecnología y tenemos a nuestro alcance los procesos adecuados. Pero, ¿cómo debemos dirigir esta interconexión?
Para ello, el concepto de líder debe cambiar. El liderazgo debe dejar atrás la rigidez, la jerarquía, el status quo, la lentitud y el control y evolucionar hacia la figura del influencer. El líder actual debe aportar ideas creativas y adaptarse al entorno cambiante, estimulando el empoderamiento y la autoorganización de su equipo, con resistencia y tolerancia a los fallos, así como responder con rapidez al cambio.
Uno de los grandes desafíos con los que tendrá que lidiar el líder de la industria 4.0 es la retención de talento, saber cómo estimular a su equipo y aprovecharlo para explorar los avances tecnológicos. En este sentido, será clave la capacidad del nuevo líder en la creación de sentido de pertenencia en su equipo.
En este entorno interconectado, la relajación de las jerarquías abrirá la toma de decisiones a los trabajadores, para lo que será básica una comunicación transversal. Por ello, las competencias de las personas en la industria 4.0 también serán diferentes. Entre ellas, será fundamental la capacidad de coordinación y colaboración con las máquinas, un trabajo que se basará en la supervisión y el mantenimiento predictivo.
En este entorno cambiante, la formación formará, cada vez más, parte del trabajo diario, ya que la industria 4.0 no solo exige cambios en la educación académica y la formación dual, sino también en la formación a lo largo de la vida, que deberá ser continuada.
¿Cómo dirigir nuestra empresa hacia esta industria 4.0? Si bien antes de empezar puede parecer que la adaptación de un negocio al mundo 4.0 es un proceso complejo que requiere muchos cambios sustanciales, es la introducción de pequeñas mejoras lo que optimiza la actividad. Establecer una estrategia 4.0 requiere ciertos procesos y para ello debemos seguir las siguientes fases:
1. Preparación: marcar los objetivos.
2. Análisis: identificar las competencias.
3. Creativa: generar ideas.
4. Evaluación: valorar los diferentes modelos de negocio.
5. Implementación: poner en marcha el proceso.
En primer lugar, debemos establecer unos objetivos y llevar a cabo un autodiagnóstico de la situación en la que se encuentra nuestra compañía en la actualidad. Para reconocer el potencial de cada negocio y desarrollar una estrategia 4.0 adecuada a las necesidades, desde Festo, conjuntamente con Pimec, ofrecemos un workshop en el que se establecen las bases para avanzar hacia la industria 4.0 de manera personalizada.
No se trata de pasar de la nada al todo, ya que simplemente con pequeños cambios se pueden obtener resultados destacados. En nuestra planta de Scharnhausen encontramos varios ejemplos, como es el "guante digital", que hemos diseñado para optimizar el tiempo de los trabajadores, o la introducción de smart watches, que nos permiten disponer de la información necesaria en cualquier momento.
En resumen, los avances tecnológicos ya están al alcance de la industria, solo falta conectarlos entre sí. Disponemos de la tecnología adecuada, las personas competentes y los procesos guía necesarios, ahora la pregunta es: ¿Queremos liderar este cambio?