Maria Teixidó define su carrera como “peculiar”; empezó estudiando letras puras y ahora es analista de datos en el departamento de ventas digitales de Festo. Se encarga de analizar el comportamiento de los usuarios en la web para mejorar su experiencia de navegación. Para Lucía Marquina, en cambio, ser ingeniera se convirtió en un reto desde la infancia, y hoy es especialista en automoción en el departamento de ingeniería de Festo. Se dedica a estudiar todos los procesos, las posibles mejoras y cómo los productos de Festo pueden encajar en esos procesos. Fueron dos “Niñas en pie de ciencia”, y en este artículo las vamos a conocer mejor.
"Empecé estudiando letras puras”, recuerda Maria. "Tengo una carrera en traducción e interpretación de idiomas, luego hice lingüística computacional, y ahí vi que lo que me gustaba era el estudio de la ciencia del cerebro, así que hice un máster y un doctorado en neurociencias del lenguaje, y cuando acabé no tenía muy claro a qué dedicarme, pero me di cuenta de que lo que más me gustaba de todo ese mundo de la ciencia era investigar”, señala. De ahí que se decantara por el análisis de datos. “Encajaba muy bien conmigo, porque se trata de responder a preguntas concretas a partir de los datos recogidos".
Lucía, en cambio, lo tuvo muy claro desde el principio. "Siempre supe que quería ser ingeniera, era mi reto desde niña. No sabía de qué, y al principio pensé que la carrera de informática me podía gustar, pero me terminé dando cuenta de que estar codificando todo el rato, quieta en un sitio, no era lo mío; me gustaba moverme, así que seguí buscando opciones, hasta que un día una profesora me propuso estudiar ingeniería aeroespacial, y sonó tan chulo que me puse a buscar información”. Sin embargo, en España no existía esa carrera, así que estudió ingeniería aeronáutica. Tras ello, su trayectoria profesional se ha dirigido hacia la automoción. "Tienen bastantes cosas en común; no dejan de ser ingenierías, así que he conseguido dedicarme a lo que realmente me gusta".
Maria Teixidó explica que llegó a las ciencias en el ámbito laboral "dando tumbos". "El doctorado lo cuento como vida laboral, porque más que estudio es un trabajo al que dedicas más de ocho horas diarias. Era un doctorado en neurolingüística, y cuando lo acabé no sabía muy bien cómo encajar mis estudios en un entorno laboral”. En aquel momento, decidió aparcar la ciencia. “Prefería cambiar de sector y pensé que el análisis de datos podía encajar conmigo. Acabé trabajando en una empresa de apuestas y más tarde llegué a Festo. En realidad, es una trayectoria corta pero intensa, con muchos cambios y mucho aprendizaje", valora.
En el caso de Lucía, salió de la carrera con un perfil muy técnico. "Obtuve una beca para el análisis de elementos finitos, un programa muy específico de la ingeniería. Acabé bastante harta de hacer cosas tan técnicas, me gustaba mucho más el mundo de la creatividad y de las ventas, así que me enfoqué hacia ese perfil y, coincidiendo con el contexto de crisis en el que estábamos, me vine a Barcelona”. Allí trabajó en una empresa de ventas, haciendo el soporte de back office y prospección de mercado, hasta que aterrizó en Festo. "También lo hice para apoyar al departamento de ventas, y gracias a mi perfil técnico acabé dando soporte técnico a la postventa en clientes". Lucía Marquina defiende la necesidad de buscar la motivación continua. "El día en que te deje de gustar lo que haces, cambia", dice. En su caso, esa búsqueda desembocó en el sector de la automoción. "Cada vez hacía más consultas de clientes de automoción, así que terminé siendo especialista en ello".
Respecto a los referentes, Maria destaca el apoyo que ha encontrado siempre en su entorno familiar y académico. "Ver la pasión con la que algunos profesores hablan de ciertas materias es lo que despertó mi curiosidad por descubrir cómo procesa la información el cerebro. Mi paso a la ciencia fue gracias a una profesora".
Lucía también subraya el papel de los docentes. "Un profesor no tiene que saber todas las respuestas, pero si es receptivo a cualquier pregunta, aunque no tenga nada que ver con el tema del día, y, por ejemplo, te recomienda un libro, te está motivando a ser autónomo y a que te guste su campo. No hay que cortar la curiosidad de los niños, sino ayudarles poniendo a su alcance las herramientas para saciarla", afirma.
Si se encontrara con su yo de 12 años, Maria le diría que "no tienes que decidir ahora lo que quieres hacer, ya lo decidirás. Disfruta, aprende, y ya irás viendo por dónde te lleva el camino". Recuerda que, ante los cambios en su trayectoria académica y laboral, la gente reaccionaba con extrañeza, pero ella defiende la riqueza de sumar experiencias. "Todo este conocimiento me ha llevado a ser una persona más completa a nivel laboral".
En cuanto a Lucía, "a mi niña de 12 años le diría que, si tiene las ideas claras, genial, pero si no las tiene, no pasa nada". Lo más importante es “que no te dejes achantar. Da igual si en tu clase hay cincuenta chicos y dos chicas, porque esas dos chicas haréis piña y además sumaréis un montón de amigos. Da igual que un profesor te pregunte extrañado, por ser chica, si estás en su clase. Da igual todo lo que te digan, porque tú tienes tu convicción de que vas a ir por ese camino", concluye.
La conversación completa con Lucía Marquina y Maria Teixidó se enmarca en la iniciativa “Niñas en pie de ciencia”, que impulsamos en Festo como integrantes de la Alianza STEAM por el talento femenino. Con motivo del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, también organizamos una mesa redonda que puedes ver en nuestro canal de Youtube.