La llamada Industria 4.0 está empezando a implantarse de manera silenciosa en nuestras vidas. Esta industria del S. XXI provoca que los mercados y los sistemas de producción se muevan en red, sin fronteras, las 24 horas al día, 7 días a la semana y 365 días al año.
Nuestro mundo cambia, y el cambio es disruptivo. Entonces, ¿cómo deberían ser las habilidades sociales de los líderes para ser los catalizadores que ayuden a los equipos a superar los cambios que se producen de forma constante? ¿Nos sirven los mismos paradigmas del liderazgo?
Hagamos un repaso a los diferentes tipos de liderazgo a lo largo de la historia:
Actualmente, las estructuras ya no están tan jerarquizadas y la interconexión e interacción entre las personas es más fácil. El papel del líder ha cambiado, como lo ha hecho la realidad que lo rodea.
No existe un único motivo ni un momento concreto, el cambio es continuo y si no estamos atentos a las señales que nuestro entorno externo e interno nos ofrecen, podemos perder oportunidades. Veamos algunas señales de cambio:
Hasta ahora hemos hablado de competencias, de señales, pasos y herramientas. Pero, ¿cuáles son las acciones que pueden ayudar al líder en su proceso de cambio?
En conclusión, la flexibilidad y adaptabilidad son las características claves para las organizaciones en este nuevo entorno, pero para conseguir navegar a través de este, hacen falta líderes que lleven el timón sin perder el foco en los objetivos. La comunicación asertiva, la orientación hacia las personas y la apertura frente al cambio demuestran ser habilidades imprescindibles para conseguir avanzar con éxito en esta maravillosa época tan dinámica que nos ha tocado vivir.