En muchas empresas, el área de mantenimiento suele ser de apoyo a otras que se consideran más principales, como la de producción, de forma que no se le dedica toda la atención que merece. José Luis Sánchez Castellví, consultor especialista de Festo, señala que el mantenimiento es lo que garantiza el buen funcionamiento de las máquinas y las instalaciones. Los procesos productivos y logísticos cada vez se apoyan más en la tecnología, y eso requiere un mayor mantenimiento. Es decir, el área de mantenimiento influye directamente en los resultados de nuestro negocio.
Es habitual que las tareas de mantenimiento se dediquen mayoritariamente a reparación de averías, cuando habría que prestar mucha más atención a las formas de anticipar esos problemas. Que la mayor parte del tiempo se dedique a reparar máquinas es el resultado de un mantenimiento deficiente, y afecta negativamente a la productividad.
El objetivo del mantenimiento es evitar las averías, por eso la mayor parte de los recursos del departamento deben destinarse a controlar, analizar y mejorar los sistemas para minimizar las paradas de línea, y eliminar las ineficiencias de la instalación. De esta manera, conseguimos los mejores resultados al menor coste.
Los objetivos del mantenimiento van estrechamente ligados a los objetivos de nuestra planta industrial. Un buen mantenimiento repercute en:
A la hora de implantar un modelo de gestión eficiente de mantenimiento, en Festo consideramos 14 aspectos clave.
Determinar el alcance del mantenimiento, qué instalaciones, procesos y elementos van a componer su ámbito de actuación.
Se deben establecer los procesos y la documentación necesarios para llevar a cabo tanto el mantenimiento correctivo como el preventivo: clasificación de averías; partes de avería, de reparación, de revisión y de reparación preventiva; instrucciones de mantenimiento correctivo y preventivo; plan de mantenimiento preventivo; histórico de averías y de intervenciones, que nos va a permitir, por un lado, actualizar y mejorar las instrucciones de uso, y por el otro, obtener indicadores para optimizar las tareas de mantenimiento y los proyectos de mejora.
Sin una buena gestión de los recambios, es imposible lograr un mantenimiento eficiente. Por ello, hay que tener en cuenta:
Todos los procesos incluidos en el área de mantenimiento deben contar con responsables y ejecutores, de manera que es necesario determinar un organigrama específico y su posición dentro del organigrama general de la organización, la descripción de cada uno de los puestos, y los niveles de intervención.
A partir de las descripciones de los puestos necesarios, estudiamos las competencias del personal para conseguir el nivel de polivalencia deseado y desarrollar un plan de formación y capacitación. Es recomendable definir un sistema de evaluación y seguimiento del personal implicado en el mantenimiento.
Las instalaciones implicadas en el área de mantenimiento han de organizarse de manera eficiente para evitar afectaciones a la productividad y optimizar los costes. Hay que tener en cuenta el diseño del taller de mantenimiento, la organización del material en el almacén específico, o la implantación de las 5S, la gestión visual y la organización de los puestos de trabajo.
Cada miembro de la plantilla de producción debe conocer las máquinas con las que trabaja y ser capaz de llevar a cabo las tareas de mantenimiento autónomo inherentes a su puesto, por ello es necesario establecer un plan de implantación.
La mejora continua o Kaizen es aplicable no solo a las tareas de producción, sino también a las de mantenimiento. Cada miembro de la plantilla puede detectar problemas, oportunidades de mejora e implementar soluciones, así que es muy importante formar equipos multidisciplinares con personal de áreas distintas.
El mantenimiento predictivo permite optimizar el plan de mantenimiento preventivo y reducir el correctivo, con la consecuente reducción de gastos y mejora de rendimiento de los equipos. Contempla:
Este tipo de mantenimiento permite pasar de mejoras incrementales a otras de mayor calado. Hay que hacerlo de manera planificada, instruyendo al personal implicado en los fundamentos para la gestión del ciclo de vida de los equipos y sus proyectos de mejora.
Cuando el modelo de gestión de mantenimiento está en marcha, es necesario realizar su seguimiento, teniendo en cuenta a las personas, los procesos y los resultados. De esta manera, detectaremos posibles desviaciones.