10 000 diamantes por hora
Artículo del 27 de noviembre de 2020

Para el tallado de los diamantes es necesaria la mano humana. Los cortes deben llevarlos a cabo personas con una gran especialización, porque por muy perfectas que sean estas piedras preciosas, un mal corte las echaría a perder. Sin embargo, la clasificación de las piedras por tamaño la llevan a cabo máquinas. Su labor también es importante: el proceso de clasificación debe ser muy rápido, pero evitando arañazos a toda costa. Un sistema de clasificación con válvulas de acción rápida permite clasificar por tamaño hasta 10 000 diamantes cada hora sin dañarlos.
Los expertos han dedicado cinco meses a analizar el diamante azul más caro del mundo, el Blue Moon, para establecer su corte óptimo. El pulido requirió otros tres meses. En otros diamantes este proceso dura apenas unas horas, pero también en esos casos el tallado es crucial. Aun con un color y una pureza perfectos, un corte en falso puede reducir el valor de forma significativa, por lo que los buenos amoladores son considerados artistas en este sector.
Tras el tallado, los diamantes deben ponerse a la venta con rapidez
Una vez finalizado el tallado de estas piedras preciosas, la urgencia aumenta. Para su venta, las piedras deben clasificarse con rapidez por tamaño, para lo que se usa tradicionalmente un tamiz. Aunque el procedimiento es rápido, tiene algunas desventajas: resulta muy impreciso y en el tamiz a menudo se atascan piedras. Además existe el riesgo de dañar los diamantes.
Una criba óptica clasifica las piedras preciosas con cuidado
La criba óptica, en la que una cámara determina el tamaño de las piedras, es una alternativa más cuidadosa. En este caso, un transportador en espiral vibratorio, un dispositivo de transporte especial para materiales a granel de grano grueso a polvo, traslada primero los diamantes, uno tras otro, a una placa de vidrio redonda giratoria y los dirige con cuidado hacia su lado plano.

Sobre la placa de cristal hay un sistema de visionado con una cámara. Una fotocélula detecta cada nueva piedra en la placa de cristal y activa la cámara. El sistema de visión cuenta los píxeles de la imagen capturada para determinar el tamaño de la gema.
Las válvulas de acción rápida desplazan los diamantes con rapidez y precisión al recipiente adecuado
Para la verdadera clasificación de las gemas, las válvulas neumáticas están dispuestas en forma de círculo bajo la placa giratoria en la que se colocan los diamantes. Los contenedores para los diferentes tamaños de piedra se colocan alrededor de la placa de vidrio. En cuanto un diamante pasa al recipiente correspondiente a su tamaño, las válvulas emiten un impulso de aire comprimido y lo desplazan dentro.
Para que el impulso de aire comprimido resulte lo más rápido y preciso posible, se emplean válvulas de acción rápida. Estas válvulas contienen un imán en el que se aplica una corriente relativamente alta durante un tiempo muy breve. Así se generan muy rápidamente las fuerzas magnéticas requeridas para atraer el cuerpo de la válvula, y la válvula se abre. A continuación, la corriente se baja en el momento al mínimo y se corta, lo que hace que la válvula vuelva a cerrarse.
Las válvulas neumáticas permiten un ritmo elevado sin fallos
La rápida reducción de la corriente permite un ritmo de trabajo muy alto; es decir, la apertura y el cierre continuos de la válvula sin que el imán se sobrecaliente y la válvula falle. Además, cambia muy suavemente en cada ciclo. En total, el tiempo por ciclo no supera los tres milisegundos y se introducen unas tres piedras preciosas por segundo en el contenedor apropiado. Con una clasificación tan rápida, el amolador puede tomarse con tranquilidad algo más de tiempo para lograr un resultado perfecto.

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