Un metro, un lápiz, un bloc de notas y buen ojo: no hace falta nada más para medir edificios o instalaciones. ¿O sí? Como en otros muchos otros ámbitos de la vida, también aquí tiene cabida la digitalización.
Desde hace algunos años, el escaneo láser 3D ha revolucionado las posibilidades para la documentación y la planificación en arqueología, arquitectura e industria. La visualización tridimensional de edificios o geometrías complejas hace posibles modos de trabajo más precisos, seguros y rápidos.
El escáner láser trabaja, como su nombre indica, con luz láser. Durante un único proceso de escaneo, se lleva a cabo una breve secuencia de pasos varios millones de veces: el escáner emite un rayo láser reflejado por el entorno. El colector de luz del escáner vuelve a absorber el rayo. La luz láser recibida por el escáner se valora en un procedimiento de medición especial.
El escáner láser 3D se fija a un soporte y se mueve lentamente en torno a un eje vertical mediante un servomotor estándar. Un espejo que rota en torno a su eje horizontal a más de cien revoluciones por minuto desvía el rayo láser enviado. Al hacerlo, el láser escanea todas las superficies en un determinado perímetro, detecta la intensidad de la señal reflejada y crea millones de pequeños puntos de medición: hasta 976.000 puntos por segundo. Estos puntos de medición generan una imagen del entorno en forma de una nube de puntos. El escáner vincula estos puntos con fotografías del entorno real. El resultado es una imagen de las superficies en el espacio tridimensional.
Por medio de las llamadas bolas de referencia, que sirven de puntos de orientación para el escáner, pueden unirse entre sí varios escaneos tomados para crear una imagen digital de, por ejemplo, la planta entera de un edificio. Por medio de un programa CAD convencional, las imágenes 3D del escáner pueden ampliarse con objetos y construcciones. Esto facilita muchísimo la planificación.
Ya la nueva construcción de la fábrica de tecnología de Scharnhausen de Festo se planificó con ayuda de un proceso de fabricación aditivo (impresión 3D). En una fábrica en miniatura, los trabajadores podían hacerse, en la fase de construcción, una primera idea de su puesto de trabajo futuro. Con la modernización de la fabricación electrónica, Festo apostó por el escaneo láser 3D.
Esto permitió planificar de forma rápida, y a la vez detallada, los futuros puestos de trabajo. Así se evitaron sorpresas después de la fase de planificación, caras modificaciones y ampliaciones en los plazos, ya que el equipamiento técnico del edificio estaba basado en datos reales y las dimensiones que faltaban se determinaron de forma rápida y sencilla.