Sr. y Sra. Robot como maestros

Las personas trabajamos con tesón en la creación de nuestra fiel imagen y estamos avanzando a pasos agigantados. La inteligencia artificial nos acompaña cada vez más como asistente en el día a día; incluso en las aulas y en otros ámbitos de formación pueden encontrarse robots.

La era de los sistemas cognitivos reales ha comenzado. Atrás quedaron los días en que los investigadores programaban ordenadores con conocimientos estáticos. Entretanto, se trabaja con métodos que permiten a los robots y otras máquinas aprender de forma activa, aplicar lo que han aprendido y situarlo en un contexto cada vez más amplio. En ocasiones, el robot incluso se convierte en maestro. La inteligencia artificial en la actualidad está diseñada para aprender de la experiencia. Esta riqueza acumulada de conocimientos es de gran valor para las personas. Esta es una de las razones por las cuales los robots se utilizan cada vez más en la educación. Tomando como base sus capacidades de comunicación en continuo desarrollo, cada vez con mayor frecuencia transmiten conocimientos especializados en escuelas, universidades o, en privado, como profesores particulares.

Máquinas bromeando

Ya estamos acostumbrados a comunicarnos con máquinas. Por ejemplo, cuando nos ponen en espera en un centro de atención telefónica o al usar el software de Apple Siri (interfaz de interpretación y reconocimiento de voz). En ocasiones, el resultado es molesto cuando el programa en espera no comprende exactamente nuestras palabras, o incluso divertido, por ejemplo, cuando Siri lo toma con humor y trata de contar chistes. En todo el mundo, especialistas en informática, matemáticos, psicólogos y otros muchos expertos trabajan para enseñar a los robots qué son las emociones humanas o, más bien, cómo evaluarlas. El objetivo es utilizar los robots, además de en la educación, en ámbitos como la fidelización de clientes, la atención o las terapias.

Robot recepcionista omnisciente

Aquí es donde entran en juego Pepper, Romeo y NAO. La empresa SoftBank Robotics es la "casa familiar" de los tres hermanos. Pepper fue creado para ayudar a las empresas en la atención al cliente. Desde finales de 2014, ha estado viajando a tiendas de Nestlé en Japón y ahora también ofrece sus servicios en las estaciones de tren francesas en la zona del Loira y en los supermercados Carrefour europeos. Gracias a su gran memoria de datos, el pequeño robot humanoide dispone de una enorme riqueza de conocimientos. Detecta a su interlocutor, puede evaluar su tonalidad emocional ("¿Estás triste?") y se comunica en función de la información existente de los clientes.

Asistentes inteligentes

Con 140 cm, Romeo es notablemente más grande que Pepper y fue desarrollado para ayudar a personas con limitaciones físicas. Con su ayuda, se pretende reforzar la autonomía de las personas mayores. Este robot asistente puede abrir puertas, subir escaleras y coger cosas. Con solo 58 cm, NAO es la versión en miniatura de Pepper y Romeo y, a pesar de ello, el robot humanoide más antiguo de SoftBank Robotics. Fue desarrollado en 2006 y, en la actualidad, miles de unidades de su quinta "generación" se utilizan en todo el mundo.

Maestro robot habla 20 idiomas

NAO, el robot interactivo y personalizable, cuyo nombre significa en japonés "honradez", reconoce más de veinte idiomas. Con él se pueden practicar los más diversos contenidos didácticos, motivo por el cual se usa cada vez más en el ámbito escolar. En Japón, el país de los robots, los estudiantes practican con NAO vocabulario y aritmética mental y hacen ejercicios de gimnasia indicados por este pequeño "hombre". Los niños están entusiasmados y totalmente concentrados. Los estudios realizados en Japón (estudio sobre el uso de robots de enseñanza en la Universidad de Osaka) sobre el uso de NAO muestran que el nivel de ruido durante la clase con un equipo formado por profesor y robot es significativamente menor.

Profesor robot en Alemania y Austria

Los robots también han llegado a Alemania y a Austria como profesores de apoyo. Con su conocimiento, NAO complementa las clases de matemáticas, informática, ciencias naturales y tecnología de todas las edades en muchas escuelas. Por ejemplo, los alumnos del instituto de enseñanza secundaria de Karlsbad aprenden programación con la ayuda de NAO, y los alumnos del HTL Leonding de la Alta Austria también tienen a su disposición a NAO.

Niños refugiados aprenden alemán de robots

El proyecto de la UE "L2TOR" (Second Language Tutoring using Social Robots), iniciado en 2016, está concebido para enseñar a niños inmigrantes entre cuatro y seis años el nuevo idioma usando robots humanoides para que puedan integrarse rápidamente en el sistema educativo. Sin embargo, el desarrollo lingüístico por parte del robot está pensado como un complemento individual, no como sustituto de la oferta educativa existente. Está claro que el uso de robots crea recursos adicionales, y NAO, con un precio de adquisición actual de aproximadamente 12 000 €, es más barato a largo plazo que un profesor de apoyo humano.

Interacción humano-máquina insuficiente

Aun así, la calidad de la interacción humano-máquina continúa siendo limitada. Funciona allí donde el vocabulario del niño está relativamente desarrollado. Sin embargo, la inteligencia artificial no es suficiente para comprender el contexto de una conversación más compleja y proporcionar respuestas con sentido y espontáneas. Informáticos, pedagogos y lingüistas trabajan de forma continua en el perfeccionamiento gradual de la comprensión del sentido. Está previsto que también NAO avance rápidamente en este aspecto. Se utiliza en proyectos de investigación sobre la interacción humano-máquina, recopilando grandes cantidades de datos. Para ello se tratan cuestiones esenciales: ¿Qué caracteriza a las emociones humanas? ¿Cómo pueden identificarse usando ordenadores, y cómo pueden los ordenadores aprender sobre las emociones por su parte?

Robot ayuda a niños con autismo

Esto forma parte del proyecto de la UE "DE-ENIGMA", iniciado en 2016, en el que participa la cátedra de "Sistemas complejos e inteligentes" de la Universidad de Passau. El objetivo es utilizar robots para ampliar la imaginación social de niños con autismo. "Queremos ayudar a niños con autismo a reaccionar mejor emocionalmente y a integrarse más fácilmente en la sociedad. El diálogo entre el niño y el robot debe ser parte del proceso terapéutico para que los niños con autismo aprendan a evaluar correctamente el comportamiento social", explica el Prof. Dr. Björn Schuller, director del equipo de Passau.

Pacientes jóvenes amantes de la tecnología

Las sesiones tienen lugar bajo la guía de un terapeuta. El robot ZENO R25, que cuesta en la actualidad alrededor de 5000 $ y que, por lo tanto, es uno de los modelos de robots más baratos, utilizará un software adecuado para motivar al niño a interactuar, para realizar comentarios y para observar cada emoción. En el marco de un estudio preliminar, la mayoría de los niños y niñas con autismo de entre 5 y 12 años tenían, por lo general, una excelente relación con su interlocutor androide (androide es la designación empleada para un robot que se parece a un humano y que se comporta de forma similar a un humano). Esto se debe, entre otras cosas, al hecho de que los niños pequeños con autismo están muy familiarizados con la tecnología y a que el trato con sistemas predecibles basados en reglas, como los robots, es percibido por ellos como mucho menos complicado y amenazante que la interacción social con las personas.

Reconocimiento de emociones y generación de emociones

En cambio, la forma en la que los robots son capaces de adaptarse a los niños con autismo y clasificar su comportamiento es un misterio para muchos a primera vista. "Por lo general, el comportamiento de la máquina es material enseñado. En nuestro caso, recogido de niños con autismo y un desarrollo típico. Fue necesario un intenso trabajo técnico previo para concretar el diagnóstico de autismo basado en parámetros; pero ahora tenemos métodos completamente nuevos para evaluar datos a gran escala", explica el Prof. Schuller. "Esto incluye el lenguaje empleado por niños con autismo y el procesamiento de imágenes para patrones de movimiento y gestos. Proporcionamos las directrices, y el software de reconocimiento monitorea las expresiones faciales, los gestos y el comportamiento lingüístico, así como la frecuencia básica y la variabilidad de la voz. Así es como se pueden reconocer las emociones", aclara Schuller.

Escepticismo sobre la competencia androide

La doctora alemana Christine Preißmann tenía sus dudas de que la competencia androide ayudara a largo plazo a los niños en este proyecto. Es autora especializada en autismo y tiene síndrome de Asperger: "El uso de la inteligencia artificial tiene sentido en muchos niveles, pero actualmente es cuestionable si puede ser un enriquecimiento para el desarrollo emocional. Toda persona con autismo es un individuo. Por lo tanto, las personas con autismo necesitan una atención específica. Dudo que los robots sean capaces de lograr esta individualidad. Creo que si las personas con autismo aprenden de los robots, en última instancia estarán limitadas al trato con robots."

La avalancha de datos se convierte nuevamente en conocimientos del robot

La evaluación de la información, que se quiere recopilar en los tres años y medio del proyecto "DE-ENIGMA", promete en todo caso un salto cuántico en la tecnología de datos, no solo para la investigación del autismo, sino para la comunidad científica en general. Nunca había sido posible recopilar información precisa en grandes cantidades sobre el comportamiento, las expresiones faciales, la entonación, el volumen y las secuencias de movimiento de manera tan comprimida y específica.

El fenómeno Uncanny Valley

Si bien muchas personas de todo el mundo están entusiasmadas con los grandes y pequeños ayudantes androides, y la economía augura cifras de ventas astronómicas en el campo de la tecnología de robots, la curva de aceptación comercial en el camino hacia la máquina humana perfecta podría quebrarse. Estamos hablando del fenómeno Uncanny Valley ("valle misterioso"), que señala una brecha de aceptación psicológica tan pronto como una figura alcanza un determinado nivel de antropomorfismo: lo que se asemeja a un ser humano, pero no se comporta "perfectamente" como un humano, puede parecer fácilmente sospechoso.

La singularidad tecnológica

Sin embargo, la singularidad tecnológica parece estar esperando al final del camino, el momento en el que las personas y las máquinas se vuelvan iguales en su inteligencia, y las máquinas mejoren y avancen. Afortunadamente, no es tan simple. Porque, por el momento, los robots no son capaces de sentir emociones humanas. Para un acercamiento, el procesamiento de la información, como en los humanos, debería estar vinculado al menos con la fisiología, y esto no es solo una cuestión de sensores. Por lo tanto, no cabe esperar que las máquinas superen a las personas con un intelecto real en un futuro cercano, incluso aunque Siri ya lo crea en el sentido de Descartes: cuando se le pregunta "¿Qué opinas de la inteligencia artificial?", Siri responde: "Pienso, luego existo."

  1. Este artículo se publicó en la sección "trends in qualification" de la revista para clientes de Festo Didactic 2.2016
  2. Fotografías: SoftBank Robotics / Vincent Desailly / Troy House Corbis

junio 2016

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