TentacleGripper

Un agarre basado en los tentáculos del pulpo

El pulpo es una criatura fascinante. Como no tiene esqueleto y está compuesto casi en exclusiva por músculos blandos, resulta extremadamente flexible y móvil. Gracias a ello, no solo puede nadar con habilidad en todas las direcciones, sino también sujetar diferentes objetos adaptándose a cualquier forma. Este es el fenómeno que ha adoptado el TentacleGripper.

Combinación única de cierre por fricción y vacío

La pinza biónica consiste en una estructura de silicona suave que se puede controlar de forma neumática. Cuando se le suministra aire comprimido, el tentáculo se dobla hacia adentro y puede envolverse alrededor del objeto que haya que agarrar con suavidad y adaptándose a la forma.

Al igual que en su modelo natural, dos filas de ventosas están adheridas al interior de los tentáculos de silicona. Mientras que las pequeñas ventosas de la punta de la pinza tienen un efecto pasivo, se puede aplicar un vacío a las ventosas más grandes, haciendo que el objeto se adhiera con seguridad a la pinza. Esto permite que el TentacleGripper tome y mantenga una variedad de formas diferentes.

Gran potencial de uso para la colaboración segura entre personas y robots

Como su material es blando, el tentáculo artificial no solo agarra con suavidad y seguridad. También cumple con los estrictos criterios de un componente de robótica blanda, por lo que tiene un gran potencial para los espacios de trabajo colaborativos del mañana.

Para ello, estamos probando la pinza no en uno, sino en dos robots neumáticos ligeros que también fueron desarrollados en la Bionic Learning Network: el BionicMotionRobot y el BionicCobot. Ambos robots son flexibles de partida y pueden volverse más rígidos gradualmente en su cinemática. Así pueden interactuar directamente con las personas. Incluso en caso de colisión, no suponen ningún riesgo y, a diferencia de los robots de fábricas convencionales, no tienen que separarse de los trabajadores.